viernes, 17 de mayo de 2013

HAY UN MUNDO DESPUÉS DEL FÚTBOL


Ya no hay fútbol. Pero acabo de leer un artículo que da que pensar, y que os resumo a continuación. La metáfora del cerdo es posible aplicarla a cualquier actividad, ya sea laboral o deportiva.

CÓMO CAZAR Y AMANSAR CERDOS
Para cazar cerdos, comienzo por buscar un claro sin maleza, donde tiro unos puñados de maíz en el suelo. Cuando los cerdos lo descubren, van a comer todos los días, y solo tengo que reponerles diariamente la ración.

Una vez acostumbrados los cerdos, construyo una cerca en uno de los lados del claro y sigo poniéndoles alimento. Durante unos días van a desconfiar, pero terminan por volver. Entonces hago otra cerca formando una “”L”" con la anterior, y les sigo poniendo comida hasta que de nuevo dejan de desconfiar y regresan a comer.

Y así sucesivamente, hasta que casi cierro los cuatro lados y solo dejo una abertura para el portón. Para entonces los cerdos se han acostumbrado al maíz fácil, le han perdido el miedo a las cercas y entran y salen con naturalidad.

Otro día coloco el portón, lo dejo abierto y sigo poniendo maíz, hasta que encuentro los cerdos comiendo, entonces cierro la puerta. Al principio empiezan a correr en círculos como locos, pero ya están sometidos. Muy pronto se tranquilizan y vuelven al alimento fácil, ya que se olvidaron de buscarlo por si mismos, y aceptan la esclavitud.

Nosotros, los "cerdos", debemos darnos cuenta de que los gobernantes que dan limosnas y subvenciones en lugar fomentar el trabajo, proceden de la misma manera que yo con los cerdos.

Nos tiran migajas de maíz gratis disfrazado de programas de ayuda, subvenciones y planes sociales, mientras el grueso del dinero lo convierten en empleo público para cargos políticos, jubilaciones millonarias para esos políticos, sueldos para liberados y asesores, dinero para los sindicatos y partidos políticos, sobornos electorales, etc...

Poco a poco, migaja a migaja, nos recortan derechos y nos machacan a impuestos, para sufragar sus estúpidos gastos. Pero a pesar de todo, muchos no nos damos cuenta de que no existe la comida gratis, es necesario el esfuerzo, y no es posible que alguien preste un servicio más barato y satisfactorio que el que uno mismo se hace.

“¡Sigamos así, sin más, y que Dios nos ayude cuando nos cierren el portón!”

No hay comentarios:

Publicar un comentario