martes, 15 de mayo de 2012

CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA

Ya a mediados de la temporada pasada notábamos molestias en el equipo que, según iba avanzando la liga, se convertían en pequeñas heridas, no muy importantes pero dolorosas. Ni el doctor principal, ni posteriormente los médicos de urgencia supieron encontrar el problema, y aunque seguíamos funcionando, se notaba cierta inestabilidad. Nunca se sabrá que produjo las heridas, pero el caso es que perdimos cinco miembros.

Iba a haber cambios en la dirección del hospital, por lo que no se sabía a quien había que pedir ayuda. Unos y otros nos decían que no había problema que, con la nueva temporada, nos trasplantarían otros tantos jugadores. El caso es que los esperados repuestos no llegaron y comenzamos esta temporada con fuertes dolores y con la impresión de que nos habían colocado en la habitación peor atendida del hospital.

No sé si la responsabilidad es de la anterior dirección o de la nueva, pero el caso es que nos han intentado curar sólo con vendas y parches, el dolor sigue y la enfermedad avanza comiéndose las esperanzas de recuperación. Un año después estamos en la misma situación. Las circunstancias y el desinterés institucional está llevando el equipo a la UVI. La ilusión de los chavales del equipo no es correspondida y está comenzando el desmembramiento voluntario.

Quizá piensen que tenemos que asumir que hay que atender primero a los pacientes que dan prestigio al hospital, pero el caso es que, a pesar de que se ha hablado con algunos miembros del equipo, la sensación general es que no somos importantes y que la idea de la dirección es desconectar la máquina y dejarnos morir. 

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