Treinta y tantos chavales cumpliendo con su compromiso de jugar a fútbol, unos cuantos padres cumpliendo con su figura parental, entrenadores, empleados de campo, tabernero, etc... todos en su puesto para hacer lo más agradable posible el partido que debía disputarse el sábado entre Oiartzun y Beti-ona.
Sin embargo, algún imprevisto hizo que no apareciera el árbitro y que por tan "grave" falta no se disputara el partido. En la era de la tecnología es difícil de entender que no se pueda avisar a un sustituto teniendo en cuenta que el partido se disputaba a las 10,30 horas, y que supongo que el designado avisó con antelación de su falta.
El caso es que, por lo visto, los clubes deben solucionar el problema y buscar una fecha conveniente para ambos. En época de exámenes es difícil encontrar una fecha que convenga a cuarenta estudiantes.
En fin. El deporte rey.
En este caso para la federación, tarjeta roja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario