Nuevamente tocaba enfrentamiento entre los dos equipos de Errenteria que militamos en este grupo. Los dos últimos partidos se habían saldado con una victoria para cada uno, curiosamente en los anteriores había ganado el equipo que jugaba fuera de casa. Así que la expectación era máxima, nos jugábamos la victoria definitiva.
Treinta y tres muchos tantos mil espectadores abarrotaban las gradas del estadio, gracias al detalle de la directiva del Betiona de no cobrar la entrada, aunque faltó que nos ofrecieran un pinchito de tortilla al descanso. Confío que para una nueva ocasión, esto esté solucionado.
En la grada nos ganaron los seguidores del Betiona, animaron más, mucho más, incansables, gritaban, tocaban aparatos, demasiado ruido, …. Hubo momentos en que yo les miraba, y,… “vale ya, una afonía pasajera, un pequeño silencio, me estalla la cabeza, me revientan los tímpanos, una tos repentina, una ratito de calma, por favor,…”. No sé si tanto ánimo sirve para que los jugadores rindan más, lo que está claro es que destroza a los seguidores rivales. Buena estrategia.
El partido comenzó bien para nuestro equipo, durante los primeros quince minutos, más o menos, jugamos el balón y tuvimos más ocasiones que ellos y gracias a esto, conseguimos un gol. Más no se podía pedir, la cosa pintaba bien. Pero según avanzaba el primer tiempo el Betiona adelantó un jugador más, lo que ocasionó que jugaran con tres delanteros fijos, algo que nosotros no supimos contrarrestar y con balones largos nos acosaban constantemente, tuvieron varias ocasiones y nos hicieron dos goles. Nos fuimos al descanso con un preocupante 2-1.
La segunda parte fue distinta. Yo creo que el entrenador rival intentó mantener la posición en el campo pero sin tanto jugador arriba. Esto hizo que jugáramos más tranquilos en defensa y pudiéramos pensar en ir más arriba. Transcurría la segunda parte sin mucho juego por parte de ninguno de los equipos, la incertidumbre y la emoción era lo que mantenía la tensión en la grada. La afición rojilla, a nosotros nos tocó ir de azul en esta ocasión, comenzó a pedir la hora al árbitro a falta de siete u ocho minutos, lo que significaba que no veían muy claro el resultado. Si bien es verdad que no había buen fútbol por ninguna parte, nosotros con el marcador en contra buscábamos con más ganas la puerta rival, y al final se consiguió el empate.
Resultado justo para lo visto en el campo, buen día para jugar a fútbol, buen ambiente y cordialidad en los jugadores.
Si queré¡s ver algunas fotos, os dejo en enlace del fotógrafo oficial del Betiona y buen amigo. Y su blog.
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